viernes, 17 de noviembre de 2023

Siguiendo con algunas reflexiones de esas que ocurren en el espacio de silencio personal…

La lingüística nos ayuda a ver con más claridad. EL lenguaje hablado guarda en sí mismo mucha información que a veces se oculta de nuestro ser consciente hasta que lo descubrimos.
Cuando hablamos de inclusión estamos hablando justamente de eso: INCLUSIÓN. Pero si al hablar de ello agregamos que quienes piensan diferente, o quienes tienen origen cultural o costumbres o ideologías diferentes a las nuestras, deberían ajustarse a nuestro modelo personal… ya dejamos de ser inclusivos y estamos excluyendo.
La coherencia es una cualidad esencial para una convivencia en balance que nos vuelva mejores seres humanos, que afiance nuestra calidad de seres humanos solidarios, inclusivos, generosos, humildes, altruistas, amables, amorosos… y nos permita evolucionar como especie humana.
Cuanto más afianzamos las ideas de separatividad, cuanto más alimentamos la lucha de opuestos, la competencia despiadada y agresiva; cuanto más descalificamos a quienes consideramos diferentes al modelo concebido en nuestra mente, también alimentamos las guerras!!!
Es hora de hacer el esfuerzo y darnos la oportunidad de ser mejores seres humanos, con más espiritualidad, con más amorosidad hacia nuestros congéneres y hacia toda la vida planetaria; es hora de decidir un camino que, aunque nos saque de esa zona de confort en la que nos refugiamos, nos permita encontrar nuevos horizontes para fortalecer una convivencia en balance. Y esto sólo se consigue dándonos la oportunidad de mirarnos por dentro, de descubrir nuestras sombras (como decía Jung), de revisarnos  y de decidir voluntariamente convertirnos en seres conscientes más humanos y espirituales.
Muchas veces, las excusas surgen sólo para mantenernos en nuestra zona de confort; pero eso no ayuda al cambio; si queremos ver cambios en el mundo que nos rodea, primero necesitamos hacer el cambio en nosotros mismos.
Sólo démonos la oportunidad de generar ese espacio de silencio personal y experimentar en él nuestro diálogo a solas… Tal vez descubramos que un mundo mejor es posible si probamos cambiar el ángulo de visión y ver lo que hasta hoy no podíamos por habernos quedado contemplando todo desde un ángulo fijo. (E.M.S.B. Nov. 2023)

jueves, 16 de noviembre de 2023

Antes de tomar decisiones importantes...

 Existen momentos que marcan la imperiosa necesidad de una transformación profunda; la necesidad de modificar rumbos y caminos; la necesidad de ampliar nuestra visión y expandir nuestra conciencia. En esos momentos necesitamos atrevernos al cambio; a fluir con la incertidumbre y comprender que los errores son oportunidades para transformar y transformarnos y que la no-acción implica quedarnos aferrados a ellos, por temor a lo desconocido o por comodidad. Entonces, tendemos a permanecer en la zona de confort y justificar nuestras acciones con un consumo indiscriminado de datos de todo tipo y de fuentes múltiples, para evitar tomar decisiones y atrevernos a optar por caminos nuevos que pueden llevarnos a descubrir lo que hay más allá de nuestra mirada habitual.

El consumo excesivo y sin filtro de opiniones e informaciones de todo tipo de vertientes-lejos de aclarar- produce contaminación informativa y un caos de ideas que nos impulsa a decidir de un modo reactivo y casi a ciegas.

Antes de tomar decisiones importantes necesitamos hacer una pausa y generar un espacio de silencio personal, para poder conectarnos con la voz del alma y escucharla sin interferencias externas. En ese espacio personal y silencioso el caos y las dudas desaparecen, la sabiduría profunda se manifiesta sin trabas y la verdad se muestra con claridad ante nuestra conciencia. Es ahí donde podemos conectarnos con nuestro “ser intuitivo consciente” para tener libre acceso a la inspiración que guíe nuestras acciones con certeza, sabiduría y en paz. 

lunes, 26 de septiembre de 2022

“Semillas-corazón”

Traigo entre mis manos un puñado de semillas para continuar nuestra siembra… Semillas con historia, semillas con memoria, semillas ancestrales, semillas de amor, semillas-sentimientos, semillas-corazón. 
El terreno está listo para recibir cada una de las semillas-corazón, con la esperanza de honrar nuestros orígenes, nuestra herencia planetaria, nuestro sustento cotidiano y la gran diversidad. Son semillas-corazón que anidarán en cada surco para germinar y expandirse hasta que lo sutil florezca; hasta que se haga visible y sensible para el corazón de cada ser humano y se transforme en promesa amorosa y vital para la casa planetaria que todos habitamos. 
Es momento de sembrar, de canalizar nuestras fuerzas ocultas más poderosas para poder celebrar juntos una buena cosecha. 
Es momento de disminuir el vértigo y las urgencias para obtener resultados “ya”... Porque necesitamos aprender las pausas para reflexionar, pensar; para poder mirarnos hacia adentro, sentirnos, percibirnos y percibir nuestro entorno con mayor sensibilidad. 
Son tiempos que nos piden mayor profundidad y conexión para traer a nuestras vidas claridad de propósitos, sensibilidad y acciones coherentes que afiancen nuestro “ser consciente”. Precisamos experimentar en nuestras vidas mayor coherencia entre el sentir, el pensar y el hacer, para que la coherencia se manifieste amorosamente en nuestros vínculos, en nuestra convivencia, en nuestras trareas cotidianas y en nuestro modo de vivir y de ser.
Pero antes de comenzar la siembra nos propongo despertar todos nuestros canales sensibles para que nuestra conexión sea profunda, para que las palabras se silencien, den espacio a los sentidos y serenidad a nuestra mente y nuestro cuerpo para sintonizarnos con nuestro mundo interno y poder tenderle desde ese lugar "sagrado", una mano amiga al mundo exterior. Porque los sentidos nos hablan en ese idioma sensoperceptivo que nos conecta con lo sutil y lo profundo; que nos vuelve sensibles, capacer de percibir y ponernos en el lugar del "otro yo"; que nos permite ser tejedores de una trama única y sutil que nos reúne amorosamente. Precisamos abrir mente y corazón para renovar nuestra mirada; para dejarnos deslizar amablemente por el mundo de los sentidos, transformándonos en exploradores inesperados de realidades sensibles y de la vida misma. 
Hay semillas de todos los tamaños y colores: semillas como pequeños puntos, semillas como grandes corazones, semillas con cubiertas, semillas semidesnudas….pero todas honran la vida y sus códigos genéticos; son semillas generosas que esperan expandirse, germinar, florecer y dar sus frutos… Así como ellas son nuestras "semillas-acciones" cotidianas: acciones pequeñas, acciones silenciosas, algunas casi invisibles y otras, muy sonoras, enormes, visibles y abrazadoras. Todas ellas se expanden, florecen y dan frutos. Somos sembradores de semillas-acciones, somos sus guardianes, quienes eligen las mejores semillas para la siembra cotidiana; somos responsables de esta minuciosa selección, de cuidar su riego y de acompañar su proceso hasta que den sus mejores frutos. 
Nuestras "semillas–acciones" silenciosas y pequeñas tienen el poder de dar grandes cosechas. Entonces… Pongamos atención en el poder de lo pequeño, de lo silencioso, de lo que a veces pasa inadvertido… porque sólo es invisible para ojos y sentidos distraídos de quienes miran superficialmente las realidades en las que transcurren sus vidas.