domingo, 14 de abril de 2024

Caminemos de forma sagrada

Caminar de forma sagrada es dar cada paso como si fuera el primero y vivir cada minuto como si fuera el único y sintiendo que cada paso es el primero de un sinfín de pasos. Es abrazar con nuestras manos los caminos y asombrar nuestros ojos con colores nuevos.

Andar de modo sagrado es encontrar en la vida la expresión del alma; es aprender a ser libres y permitir que la luz que brilla en la esencia de todas las cosas y de todos los seres -en cada instante de vida- nos indique cuándo, cómo y hacia dónde dar nuestro próximo paso.

Es andar el camino sin prisa, abriendo nuestro cuerpo a la flexibilidad y nuestro corazón al misterio de lo sagrado que nos aguarda en nuestro viaje por la vida.

Caminar de forma sagrada es caminar con sutileza, suavemente, como acariciando apenas el suelo, como si estuviéramos suspendidos en el aire.

Es caminar con respeto y con cuidado; es andar con el corazón abierto y la sensibilidad a flor de piel, percibiendo que cada instante es único, que cada amanecer es una promesa de vida, que cada despertar es un renacimiento.

Es andar con el corazón lleno de gratitud, disponible para celebrar la vida a cada paso y brindarnos incondicional y amorosamente en cada encuentro.

Es hacer de la vida un arte y vivir a la luz de la vida.

Caminar de modo sagrado es una creación inspirada en la luz del alma, en su esplendor e infinitud; es danzar con la vida siguiendo sus múltiples ritmos, en sintonía con su “Groove”. Es darnos cuenta que, cuando equivocamos el camino, nuestros pasos se corrigen desde el amor y la comprensión, transformando cada error en un amoroso aprendizaje de vida.

Caminar de forma sagrada es recorrer el camino dejándonos fluir, dando cada paso con liviandad y sin crear más ego; es caminar con humildad sintiendo así, la libertad de “ser”. Es recomponer esa parte del universo que nos toca, esa porción del todo que es nuestra responsabilidad, ayudando a la siembra compartida, brindando nuestras semillas de luz -las mejores de nuestra selección- para contribuir a una maravillosa cosecha compartida.

Aprender a caminar de forma sagrada será nuestra mejor ofrenda a la vida, porque estaremos en sintonía con la vida planetaria, con sus múltiples manifestaciones, con esa red invisible que nos une y nos reúne en una misma trama, en la que cada nodo es importante para la existencia de toda la trama.

Necesitamos fortalecer nuestra sensibilidad profunda para ser receptores de las voces sutiles que van guiando nuestros pasos. Somos portadores de una fuerza infinita que nos anima y nos lleva a la acción. Aprender a comunicarnos con esa fuerza a través de sus diversos canales es –realmente- un aprendizaje de vida que desarrollamos a lo largo de todo nuestro recorrido por esta vida planetaria.

Tenemos que “recordar” cómo caminar de un modo sagrado para realizar nuestro destino, para ofrecernos a la vida desde lo más profundo y ser protagonistas de las transformaciones necesarias que prolonguen la vida de nuestra especie humana en este planeta. Sólo tenemos que sentirlo, decidir e ir a la acción!!!