Existen momentos que marcan la imperiosa necesidad de una transformación profunda; la necesidad de modificar rumbos y caminos; la necesidad de ampliar nuestra visión y expandir nuestra conciencia. En esos momentos necesitamos atrevernos al cambio; a fluir con la incertidumbre y comprender que los errores son oportunidades para transformar y transformarnos y que la no-acción implica quedarnos aferrados a ellos, por temor a lo desconocido o por comodidad. Entonces, tendemos a permanecer en la zona de confort y justificar nuestras acciones con un consumo indiscriminado de datos de todo tipo y de fuentes múltiples, para evitar tomar decisiones y atrevernos a optar por caminos nuevos que pueden llevarnos a descubrir lo que hay más allá de nuestra mirada habitual.
El
consumo excesivo y sin filtro de opiniones e informaciones de todo tipo de vertientes-lejos
de aclarar- produce contaminación informativa y un caos de ideas que nos
impulsa a decidir de un modo reactivo y casi a ciegas.
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