Todo tiene que ver con todo
Esa trama vital de la que somos parte, genera permanentemente un campo electromagnético que vamos alimentando entre todos los seres vivos planetarios; es energía vibrando todo el tiempo. Cada vez que nos expresamos, nos emocionamos, pensamos y sentimos, esas energías que emanamos van modificando ese campo electromagnético, porque nuestros pensamientos y sentimientos; nuestras palabras y acciones lo van nutriendo, sustentándolo en su coherencia.
Cuando damos un abrazo, los corazones entran en una sintonía profunda generando un campo electromagnético común que nace de los campos electromagnéticos individuales, tal como lo explican las neurociencias. Esa retroalimentación de la energía que nace de un abrazo, también es posible experimentarla cuando hacemos algo juntos; cuando damos asistencia solidaria, cuando co-creamos; cuando entramos en empatía con los demás.
El “hacer juntos” fortalece los resultados de esa acción; por eso es tan importante ser conscientes de la fuente que genera una acción o varias acciones vinculadas entre sí, porque es esa fuente la que pondrá luz a los resultados finales o se la quitará.
Ser nuestra mejor versión en cada contexto, en cada circunstancia de la vida sin buscar imitar el modelo de otros, nos conecta una vez más con nuestra esencia y -por lo tanto- con la inspiración que dará coherencia a todo lo que hagamos.
Nos propongo crear nuestro propio diseño humano personal, conectados con la inspiración que se nutre de la fuente de luz de nuestra propia esencia y -desde allí- ir al encuentro de quienes se sientan en sintonía y perciban su impulso del alma para compartir, co-crear y –juntos- sembrar luz donde haya oscuridad.
Me gusta recordar este proverbio africano: “Si quieres llegar rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos ve acompañando.” Que este proverbio nos quede para la reflexión silenciosa de cada uno.
Crear juntos... un proceso que enriquece el resultado final