
Las Danzas Sagradas nacen de la necesidad del ser humano de identificarse con las energías creativas del Universo. De algún modo, se transforman en la posibilidad de vivir y experimentar la energía de
La experiencia del círculo nos permite trascender la fragmentación cuerpo-mente-emociones-espíritu para llegar a la comprensión y percepción de uno mismo como una integridad y de uno mismo vinculado con otros, formando un todo mayor dentro de otro Todo aún mayor –el Universo-.
una identidad compartida.
En los años 60, Bernard Wosien –bailarín, coreógrafo, maestro de la danza, arista plástico- tomó la iniciativa de recopilar danzas folklóricas y étnicas de culturas del hemisferio norte y en 1976 –invitado por
¿Qué son las danzas circulares?
Se transmiten con la experiencia directa, pues difícilmente se llegan a conocer, comprender e interpretar sólo con la lectura de sus coreografías. Es necesario pasarlas por el cuerpo, por el alma y el corazón. Es imprescindible sentirlas en toda su magnitud, vibrar con las energías que emergen de sus movimientos y melodías y vivenciar la esencia de su propia identidad cultural.
Las Danzas Circulares del Mundo son accesibles a cualquier persona más allá de edad, género y origen cultural, racial y religioso. Se aprenden simplemente danzando y así, se han transmitido de generación en generación.
Las Danzas Circulares facilitan la mirada interna, la presencia en “el aquí y ahora”, favoreciendo “la reorganización de la unidad cuerpo-mente-emociones-espíritu". Permiten desarrollar un protagonismo saludable que implica generar en cada uno actitudes responsables, de cuidado de uno mismo y de los demás, conscientes de ser partes integrantes de un todo mayor.
Las Danzas Circulares del Mundo nos hacen viajar a lo largo de la historia de los pueblos y nos vinculan con sus sellos particulares, con el alma de sus culturas, su colorido, sus múltiples formas de expresar sentimientos y modos de ver la vida. Lo maravilloso de esta experiencia es que logramos una comunión que trasciende las palabras, los idiomas y nos permite reconocernos en los otros y comprender nuestra identidad de humanidad, que nos hermana más allá de las diferencias de cualquier tipo.