Anhelo del corazón para el 2025
En
estos momentos en los que pronto le diremos “chau!” al 2024… quiero compartir
un anhelo del corazón e invitar a quienes se sientan en sintonía a sumarse a la
propuesta de hacerlo realidad. Es simple!
Se
trata de conectarnos con todo aquello que nos acaricie el alma y que manifieste
Paz en nuestras vidas; con aquello que nos ayude a recorrer el camino con
alegría, con amor y con música en el corazón.
Se
trata de entrar en sintonía con aquello que nos permita –en nuestro caminar
cotidiano- trascender las diferencias que nos dan identidad y elegir conocer -“sin
interferencias”- las diversas identidades que se suman en nuestro camino
cotidiano, para poder comprender profundamente la diversidad y hacerle un lugar
especial en nuestro corazón, transformando en encuentros del alma cualquier
tipo de desencuentros… Porque recordemos que las guerras comienzan en la mente;
nacen de la incomprensión y de los miedos a perder la propia identidad; pero,
cuando realmente abrimos el corazón para conocer otras identidades y saber
quiénes somos en realidad, se produce la magia y nace la comprensión amorosa de
las diferencias; los miedos a perder nuestra identidad en la convivencia con
otras identidades, se llenan de luz y se transforman en una amorosa bienvenida
de la diversidad, en profunda sintonía del corazón con la mente.
La
vida nos regala permanentemente desafíos especiales para aprender a superarlos
de un modo creativo y amable e ir al encuentro de la mejor versión de nosotros
mismos. Esos desafíos son estímulos para nuestra transformación personal y
social, para inspirarnos a crear nuevos caminos, nuevos modos de hacer y de
ser… y qué bueno si podemos darnos cuenta de ello! Porque así podremos elegir
mejores “semillas” para la nueva siembra.
En
este nuevo año que comienza, nos propongo elegir encontrar esa chispa de luz en
cada rincón o momento de oscuridad.
Nos
propongo elegir encontrar lo que nos reúne y nos acerca, en lugar de aquello
que nos separa abriendo brechas infranqueables que nos alejan sin posibilidad
de retorno.
Nos
propongo elegir aprender a hacer silencio para poder escuchar con los oídos del
alma y a ver con los ojos del corazón, para disolver las interferencias que
nublan nuestra visión.
Nos
propongo elegir que prevalezcan en nuestra vida cotidiana el Amor, el Respeto,
la Fe, la Sensibilidad, la Comprensión, la Luz y la Paz.
Nos propongo elegir minuciosamente las mejores semillas para la nueva siembra.
Y –también- nos propongo recordar en todo momento que cualquier cambio es posible y que aquello que nos parece imposible de lograr puede hacerse realidad en nuestras vidas cuando decidimos recorrer “caminos con corazón”.