martes, 2 de septiembre de 2025

 Nuestro Nido-Luz

Cuando aquietamos los pensamientos y nos dejamos abrazar por el silencio, entramos sutilmente en ese espacio personal y sereno que nos recibe amorosamente, acompasando los latidos de nuestro corazón. Y es allí donde algo mágico y misterioso sucede porque -casi sin darnos cuenta- nos vamos deslizando suavemente hacias ese "nido-luz" que nos habita, en donde anidan la paz, la armonía y el amor; allí donde nace el perdón amoroso y genuino que da descanso al corazón. 

En estos tiempos que vivimos, necesitamos sustentar la conexión con esa fuenta de Luz que vibra en nuestro universo interno, para poder ver claro, para poder vincularnos desde nuestra esencia con todos los demás seres y con todo lo que nos rodea; para poder ir al enceuntro de una convivencia armoniosa en todos los ámbitos y en todos los momentos de nuestra vida. 

Vincularnos con los demás se transforma, así, en un arte, en ese don de hacer posible la manifestación luminosa de nuestra creatividad para encontrar caminos vinculados con aquellos valores esenciales que sostienen el esplendor de nuestros modos de convivir. Necesitamos hoy más que nunca, reconectarnos con nuestra esencia, con nuestra propia Luz original, que espera poder expnadirse y brillar, iluminando nuestros pasos y también, más allá de nosotros mismos. De este modo podremos diferenciar lo esencial de lo superfluo; lo urgente de lo que no lo es y darnos cuenta de la diferencia entre aquello que nace desde el ego y lo que nace de nuestra propia esencia. Así podremos sostenernos en balance, aún, en momentos agitados y difíciles.

Somos seres espirituales, emocionales, sensibles y humanos y nuestra "misión fundamental" en esta vida planetaria es tender puentes entre nosotros, entre nuestras ideas, creencias e identidades diversas; entre las distintas generaciones, entre los pueblos y las naciones... Y también, tender puentes que conecten con otras especies planetarias. Ésta es nuestra contribución amorosa a la sustentabilidad de un planeta habitable, en donde la prioridad sean los puentes y no las zanjas, las grietas y los muros.

Necesitamos hacer una pausa en el vértigo cotidiano para ir al encuentro de lo esencial, para reconectarnos con aquello que nos une como especie humana y planetaria y "reaprender" algunos modos de hacer las cosas, y de vincularnos unos con otros y con todo lo que nos rodea. Esto también requeire una revisión de nuestros modos de comunicarnos, de usar el lenguaje, las palabras, los gestos, las imágenes que compartimos en la comunicación cotidiana y profesional.

El rango de transformación que logremos depende de nosotros mismos, como individuos y como parte de una comunidad, una sociedad, un grupo cultural. Porque, a fin de cuentas, la transformación global que anhela nuestro corazón depende en realidad de la transformación personal y profunda  cada uno de nosotros logre manifestar.

Aunque todo parezca oscuro alrededor elijamos encontrar ese punto de luz en medio de la oscuridad; aunque en Bien parezca desaparecer del mundo que nos rodea, elijamos encontrar lo Bueno que haya en cada uno de nosotros y en todo lo que nos rodea. Seamos conscientes de ese Nido-Luz que nos habita y sostengamos en todo momento nuestra sintonía con su vibración.


 


domingo, 29 de diciembre de 2024

 Anhelo del corazón para el 2025

 

En estos momentos en los que pronto le diremos “chau!” al 2024… quiero compartir un anhelo del corazón e invitar a quienes se sientan en sintonía a sumarse a la propuesta de hacerlo realidad. Es simple!

Se trata de conectarnos con todo aquello que nos acaricie el alma y que manifieste Paz en nuestras vidas; con aquello que nos ayude a recorrer el camino con alegría, con amor y con música en el corazón.

Se trata de entrar en sintonía con aquello que nos permita –en nuestro caminar cotidiano- trascender las diferencias que nos dan identidad y elegir conocer -“sin interferencias”- las diversas identidades que se suman en nuestro camino cotidiano, para poder comprender profundamente la diversidad y hacerle un lugar especial en nuestro corazón, transformando en encuentros del alma cualquier tipo de desencuentros… Porque recordemos que las guerras comienzan en la mente; nacen de la incomprensión y de los miedos a perder la propia identidad; pero, cuando realmente abrimos el corazón para conocer otras identidades y saber quiénes somos en realidad, se produce la magia y nace la comprensión amorosa de las diferencias; los miedos a perder nuestra identidad en la convivencia con otras identidades, se llenan de luz y se transforman en una amorosa bienvenida de la diversidad, en profunda sintonía del corazón con la mente.

La vida nos regala permanentemente desafíos especiales para aprender a superarlos de un modo creativo y amable e ir al encuentro de la mejor versión de nosotros mismos. Esos desafíos son estímulos para nuestra transformación personal y social, para inspirarnos a crear nuevos caminos, nuevos modos de hacer y de ser… y qué bueno si podemos darnos cuenta de ello! Porque así podremos elegir mejores “semillas” para la nueva siembra.

En este nuevo año que comienza, nos propongo elegir encontrar esa chispa de luz en cada rincón o momento de oscuridad.

Nos propongo elegir encontrar lo que nos reúne y nos acerca, en lugar de aquello que nos separa abriendo brechas infranqueables que nos alejan sin posibilidad de retorno.

Nos propongo elegir aprender a hacer silencio para poder escuchar con los oídos del alma y a ver con los ojos del corazón, para disolver las interferencias que nublan nuestra visión.

Nos propongo elegir que prevalezcan en nuestra vida cotidiana el Amor, el Respeto, la Fe, la Sensibilidad, la Comprensión, la Luz y la Paz.

Nos propongo elegir minuciosamente las mejores semillas para la nueva siembra.

Y –también- nos propongo recordar en todo momento que cualquier cambio es posible y que aquello que nos parece imposible de lograr puede hacerse realidad en nuestras vidas cuando decidimos recorrer “caminos con corazón”.

domingo, 8 de septiembre de 2024

Todo tiene que ver con todo

Esa trama vital de la que somos parte, genera permanentemente un campo electromagnético que vamos alimentando entre todos los seres vivos planetarios; es energía vibrando todo el tiempo. Cada vez que nos expresamos, nos emocionamos, pensamos y sentimos, esas energías que emanamos van modificando ese campo electromagnético, porque nuestros pensamientos y sentimientos; nuestras palabras y acciones lo van nutriendo, sustentándolo en su coherencia. 

Cuando damos un abrazo, los corazones entran en una sintonía profunda generando un campo electromagnético común que nace de los campos electromagnéticos individuales, tal como lo explican las neurociencias. Esa retroalimentación de la energía que nace de un abrazo, también es posible experimentarla cuando hacemos algo juntos; cuando damos asistencia solidaria, cuando co-creamos; cuando entramos en empatía con los demás.

El “hacer juntos” fortalece los resultados de esa acción; por eso es tan importante ser conscientes de la fuente que genera una acción o varias acciones vinculadas entre sí, porque es esa fuente la que pondrá luz a los resultados finales o se la quitará. 

Ser nuestra mejor versión en cada contexto, en cada circunstancia de la vida sin buscar imitar el modelo de otros, nos conecta una vez más con nuestra esencia y -por lo tanto- con la inspiración que dará coherencia a todo lo que hagamos. 

Nos propongo crear nuestro propio diseño humano personal, conectados con la inspiración que se nutre de la fuente de luz de nuestra propia esencia y -desde allí- ir al encuentro de quienes se sientan en sintonía y perciban su impulso del alma para compartir, co-crear y –juntos- sembrar luz donde haya oscuridad.

Me gusta recordar este proverbio africano: “Si quieres llegar rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos ve acompañando.”  Que este proverbio nos quede para la reflexión silenciosa de cada uno.

Crear juntos... un proceso que enriquece el resultado final





domingo, 14 de abril de 2024

Caminemos de forma sagrada

Caminar de forma sagrada es dar cada paso como si fuera el primero y vivir cada minuto como si fuera el único y sintiendo que cada paso es el primero de un sinfín de pasos. Es abrazar con nuestras manos los caminos y asombrar nuestros ojos con colores nuevos.

Andar de modo sagrado es encontrar en la vida la expresión del alma; es aprender a ser libres y permitir que la luz que brilla en la esencia de todas las cosas y de todos los seres -en cada instante de vida- nos indique cuándo, cómo y hacia dónde dar nuestro próximo paso.

Es andar el camino sin prisa, abriendo nuestro cuerpo a la flexibilidad y nuestro corazón al misterio de lo sagrado que nos aguarda en nuestro viaje por la vida.

Caminar de forma sagrada es caminar con sutileza, suavemente, como acariciando apenas el suelo, como si estuviéramos suspendidos en el aire.

Es caminar con respeto y con cuidado; es andar con el corazón abierto y la sensibilidad a flor de piel, percibiendo que cada instante es único, que cada amanecer es una promesa de vida, que cada despertar es un renacimiento.

Es andar con el corazón lleno de gratitud, disponible para celebrar la vida a cada paso y brindarnos incondicional y amorosamente en cada encuentro.

Es hacer de la vida un arte y vivir a la luz de la vida.

Caminar de modo sagrado es una creación inspirada en la luz del alma, en su esplendor e infinitud; es danzar con la vida siguiendo sus múltiples ritmos, en sintonía con su “Groove”. Es darnos cuenta que, cuando equivocamos el camino, nuestros pasos se corrigen desde el amor y la comprensión, transformando cada error en un amoroso aprendizaje de vida.

Caminar de forma sagrada es recorrer el camino dejándonos fluir, dando cada paso con liviandad y sin crear más ego; es caminar con humildad sintiendo así, la libertad de “ser”. Es recomponer esa parte del universo que nos toca, esa porción del todo que es nuestra responsabilidad, ayudando a la siembra compartida, brindando nuestras semillas de luz -las mejores de nuestra selección- para contribuir a una maravillosa cosecha compartida.

Aprender a caminar de forma sagrada será nuestra mejor ofrenda a la vida, porque estaremos en sintonía con la vida planetaria, con sus múltiples manifestaciones, con esa red invisible que nos une y nos reúne en una misma trama, en la que cada nodo es importante para la existencia de toda la trama.

Necesitamos fortalecer nuestra sensibilidad profunda para ser receptores de las voces sutiles que van guiando nuestros pasos. Somos portadores de una fuerza infinita que nos anima y nos lleva a la acción. Aprender a comunicarnos con esa fuerza a través de sus diversos canales es –realmente- un aprendizaje de vida que desarrollamos a lo largo de todo nuestro recorrido por esta vida planetaria.

Tenemos que “recordar” cómo caminar de un modo sagrado para realizar nuestro destino, para ofrecernos a la vida desde lo más profundo y ser protagonistas de las transformaciones necesarias que prolonguen la vida de nuestra especie humana en este planeta. Sólo tenemos que sentirlo, decidir e ir a la acción!!!

 


viernes, 17 de noviembre de 2023

Siguiendo con algunas reflexiones de esas que ocurren en el espacio de silencio personal…

La lingüística nos ayuda a ver con más claridad. EL lenguaje hablado guarda en sí mismo mucha información que a veces se oculta de nuestro ser consciente hasta que lo descubrimos.
Cuando hablamos de inclusión estamos hablando justamente de eso: INCLUSIÓN. Pero si al hablar de ello agregamos que quienes piensan diferente, o quienes tienen origen cultural o costumbres o ideologías diferentes a las nuestras, deberían ajustarse a nuestro modelo personal… ya dejamos de ser inclusivos y estamos excluyendo.
La coherencia es una cualidad esencial para una convivencia en balance que nos vuelva mejores seres humanos, que afiance nuestra calidad de seres humanos solidarios, inclusivos, generosos, humildes, altruistas, amables, amorosos… y nos permita evolucionar como especie humana.
Cuanto más afianzamos las ideas de separatividad, cuanto más alimentamos la lucha de opuestos, la competencia despiadada y agresiva; cuanto más descalificamos a quienes consideramos diferentes al modelo concebido en nuestra mente, también alimentamos las guerras!!!
Es hora de hacer el esfuerzo y darnos la oportunidad de ser mejores seres humanos, con más espiritualidad, con más amorosidad hacia nuestros congéneres y hacia toda la vida planetaria; es hora de decidir un camino que, aunque nos saque de esa zona de confort en la que nos refugiamos, nos permita encontrar nuevos horizontes para fortalecer una convivencia en balance. Y esto sólo se consigue dándonos la oportunidad de mirarnos por dentro, de descubrir nuestras sombras (como decía Jung), de revisarnos  y de decidir voluntariamente convertirnos en seres conscientes más humanos y espirituales.
Muchas veces, las excusas surgen sólo para mantenernos en nuestra zona de confort; pero eso no ayuda al cambio; si queremos ver cambios en el mundo que nos rodea, primero necesitamos hacer el cambio en nosotros mismos.
Sólo démonos la oportunidad de generar ese espacio de silencio personal y experimentar en él nuestro diálogo a solas… Tal vez descubramos que un mundo mejor es posible si probamos cambiar el ángulo de visión y ver lo que hasta hoy no podíamos por habernos quedado contemplando todo desde un ángulo fijo. (E.M.S.B. Nov. 2023)

jueves, 16 de noviembre de 2023

Antes de tomar decisiones importantes...

 Existen momentos que marcan la imperiosa necesidad de una transformación profunda; la necesidad de modificar rumbos y caminos; la necesidad de ampliar nuestra visión y expandir nuestra conciencia. En esos momentos necesitamos atrevernos al cambio; a fluir con la incertidumbre y comprender que los errores son oportunidades para transformar y transformarnos y que la no-acción implica quedarnos aferrados a ellos, por temor a lo desconocido o por comodidad. Entonces, tendemos a permanecer en la zona de confort y justificar nuestras acciones con un consumo indiscriminado de datos de todo tipo y de fuentes múltiples, para evitar tomar decisiones y atrevernos a optar por caminos nuevos que pueden llevarnos a descubrir lo que hay más allá de nuestra mirada habitual.

El consumo excesivo y sin filtro de opiniones e informaciones de todo tipo de vertientes-lejos de aclarar- produce contaminación informativa y un caos de ideas que nos impulsa a decidir de un modo reactivo y casi a ciegas.

Antes de tomar decisiones importantes necesitamos hacer una pausa y generar un espacio de silencio personal, para poder conectarnos con la voz del alma y escucharla sin interferencias externas. En ese espacio personal y silencioso el caos y las dudas desaparecen, la sabiduría profunda se manifiesta sin trabas y la verdad se muestra con claridad ante nuestra conciencia. Es ahí donde podemos conectarnos con nuestro “ser intuitivo consciente” para tener libre acceso a la inspiración que guíe nuestras acciones con certeza, sabiduría y en paz.